Desde hace varios meses –por no decir casi desde los inicios del reclamo antipapeleras- los asambleístas de Gualeguaychú sospechan que el Gobierno les metió espías en las reuniones. La novedad es que la semana pasada terminaron por confirmar esa presunción. ¿Cómo se dieron cuenta? La evidencia les apareció ante la cara el jueves último, cuando intentaron bloquear la terminal de Buquebús en Puerto Madero. La intención de los manifestantes era que los dos asambleístas que habían viajado desde Entre Ríos se encadenaran en el puerto, pero no pudieron cumplir esa misión, para la cual habían sido mandatados en Gualeguaychú. Cinco minutos después de la llegada de los asambleístas a Buquebús, aparecieron Albatros de la Prefectura armados ¡con alicates para cortar cadenas! Pero los asambleístas no se rinden: el martes a la noche decidieron habilitar a un grupo muy reducido para planificar acciones relámpago, a prueba de buchones.
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